Soñaste toda la vida con ser madre, ni te habías planteado que esto se fuera a convertir en un problema.
Pero ahora que estás intentándolo sin éxito, estás descubriendo algo en ti que no esperabas. Has pensado incluso que ya no te conoces a ti misma, estás defraudada con tu cuerpo porque sientes que no te responde. Tú no puedes estar fallándote a ti misma, sientes además que estás fallando como pareja y como mujer. No te mereces tener esa sensación. Además, cuanto más lejos te sientes de conseguir ese embarazo, más cerca quieres estar de ese ansiado bebé.
Ese sueño que comunicaste a tu entorno con tanta ilusión se está convirtiendo en una pesadilla. Cada vez que te preguntan, duele como si te clavasen un puñal sin tú poder defenderte de ello. Te cuesta incluso hasta ver fotos de bebés, te cuesta felicitar a tus amigas que ya lo han conseguido, y te sientes mal por sentirte así.
Estás ya en un círculo vicioso en el que tú misma sabes, que algo no estás haciendo bien, algo tiene que cambiar en ti para que todo cambie, sabes que algo más puedes hacer y a parte de no perder la esperanza quieres explorar todas las opciones posibles para lograr ese embarazo con el que sueñas